ACOGER AL QUE TIENE
DIFICULTADES
La familia de Ana y la de Peter
aceptaron acoger a otro escondido, a pesar de que suponía más dificultades y
riesgos, además de mayor incomodidad en un escondite pequeño. De hecho Ana va a
tener que compartir su habitación con el doctor Dussel y su hermana tiene que
pasar a dormir a la habitación de sus padres. Vamos a leer la opinión de Ana al
respecto en el diario:
Ana reconoce que es un peligro, pero en
realidad ya están en peligro, así que está contenta de acoger a otro
“escondido”. Tiene que hacer algún sacrificio… por ejemplo compartir
habitación.
Jueves,
12 de noviembre de 1942
Querida Kitty:
Vino Miep a informarnos que había
estado con el doctor Dussel, quien al verla entrar en su consulta le había
preguntado en seguida si no sabía de un escondite. Se había alegrado muchísimo
cuando Miep le contó que sabía de uno y que tendría que ir allí lo antes posible,
mejor ya el mismo sábado. Pero eso le hizo entrar en la duda, ya que todavía tenía
que ordenar su fichero, atender a dos pacientes y hacer la caja. Esta fue la
noticia que nos trajo Miep esta mañana. No nos pareció bien esperar tanto
tiempo. Todos esos preparativos significan dar explicaciones a un montón de
gente que preferiríamos no implicar en el asunto. Miep le iba a preguntar si no
podía organizar las cosas de tal manera que pudiera venir el sábado, pero
Dussel dijo que no, y ahora llega el lunes.
Me parece muy curioso que no haya
aceptado inmediatamente nuestra propuesta. Si lo detienen en la calle tampoco
podrá ordenar el fichero ni atender a sus pacientes. ¿Por qué retrasar el
asunto entonces? Creo que papá ha hecho mal en ceder. Ninguna otra novedad.
Tu Ana
Jueves,
19 de noviembre de 1942
Querida Kitty:
Como todos suponíamos, Dussel es una
persona muy agradable. Por supuesto, le pareció bien compartir la habitación
conmigo; yo sinceramente no estoy muy contenta de que un extraño vaya a usar
mis cosas, pero hay que hacer algo por la causa común, de modo que es un
pequeño sacrificio que hago de buena gana. «Con tal que podamos salvar a alguno
de nuestros conocidos, todo lo demás es secundario», ha dicho papá, y tiene
toda la razón.
El primer día de su estancia aquí,
Dussel empezó a preguntarme en seguida toda clase de cosas, por ejemplo cuándo
viene la asistenta, cuáles son las horas de uso del cuarto de baño, cuándo se
puede ir al lavabo, etc. Te reirás, pero todo esto no es tan fácil en un escondite.
Durante el día no podemos hacer ruido, para que no nos oigan desde abajo, y cuando
hay otra persona, como por ejemplo la asistenta, tenemos que prestar más atención
aún para no hacer ruido. Se lo expliqué prolijamente a Dussel, pero hubo una cosa
que me sorprendió; que es un poco duro de entendederas, porque pregunta todo
dos veces y aun así no lo retiene.
Quizá se le pase, y sólo es que está aturdido
por la sorpresa. Por lo demás todo va bien. Dussel nos ha contado mucho de lo
que está pasando fuera, en ese mundo exterior que tanto echamos de menos. Todo
lo que nos cuenta es triste. A muchísimos de nuestros amigos y conocidos se los
han llevado a un horrible destino. Noche tras noche pasan los coches militares
verdes y grises. Llaman a todas las puertas, preguntando si allí viven judíos.
En caso afirmativo, se llevan en el acto a toda la familia. En caso negativo continúan
su recorrido. Nadie escapa a esta suerte, a no ser que se esconda. A menudo pagan
un precio por persona que se llevan: tantos florines por cabeza. ¡Como una
cacería de esclavos de las que se hacían antes! Pero no es broma, la cosa es
demasiado dramática para eso.
Por las noches veo a menudo a esa pobre
gente inocente desfilando en la oscuridad, con niños que lloran, siempre en
marcha, cumpliendo las órdenes de esos individuos, golpeados y maltratados
hasta casi no poder más. No respetan a nadie: ancianos, niños, bebés, mujeres
embarazadas, enfermos, todos sin excepción marchan camino de la muerte.
Qué bien estamos aquí, qué bien y qué
tranquilos. No necesitaríamos tomarnos tan a pecho toda esta miseria, si no
fuera que tememos por lo que les está pasando a todos los que tanto queremos y
a quienes ya no podemos ayudar. Me siento mal, porque mientras yo duermo en una
cama bien abrigada, mis amigas más queridas quién sabe dónde estarán tiradas.
Me da mucho miedo pensar en todas las
personas con quienes me he sentido siempre tan íntimamente ligada y que ahora
están en manos de los más crueles verdugos que hayan existido jamás. Y todo por
ser judíos.
Tu Ana
1.
¿Qué te parece la actitud del grupo de
escondidos?
2.
¿Tú hubieras admitido a alguien más en
el grupo de la casa de atrás?
3.
¿Dónde tuvo que pasar a dormir Margot?
ANA ES CAPAZ DE CAMBIAR, PEDIR PERDÓN Y MADURAR
La actitud de Ana ante sus padres
también va cambiando, le cuesta convivir con Dussel… pero Ana va madurando poco
a poco. En la película también la vemos madurar, aunque se refleja mejor en el
diario. Ana se da cuenta de los defectos de todos los de “la casa de atrás”,
pero también de los suyos y poco a poco va tomando una actitud más constructiva
en sus relaciones.
Para
dialogar en grupo:
- ¿Qué opináis sobre estos textos?
- ¿Qué os parece la costumbre de Ana de decir directamente a los demás lo que piensa?
- ¿Está bien esa actitud? Dialoga con tus compañeros/as.
Ana cree que ha madurado y es más
sensata, que comprende mejor a su madre y es capaz de callar la boca a tiempo,
así que las cosas van mejor. Entiende que también tiene que intentar comprender
a los demás. Reconoce sus cualidades y tiene esperanza en el futuro.
- ¿Qué opináis sobre la nueva actitud de Ana y sus cambios?
- ¿Vosotros también experimentáis cambios que os desconciertan en vuestro carácter y comportamiento?
- Ana también es capaz de recapacitar y arrepentirse de sus errores… ¿Y vosotros y vosotras qué hacéis?
La última discusión con sus padres,
especialmente con su padre, fue a causa de Peter, ya que su padre no quería que
subiera tanto al “desván”. Ana le escribió una carta a su padre que le hizo
mucho daño. Pronto se arrepintió y reconoció que había sido muy injusta con
ellos. Se dio cuenta de que su padre la perdonaba y que tenía que seguir
madurando y ser humilde.
En la película también aparece esta
escena del diario…
- ¿De qué habían conversado? ¿De qué se arrepiente Ana?
- ¿Qué opináis sobre esa cualidad de Ana de examinar diariamente su “conciencia”?
- ¿Creéis que los padres pueden influir mucho en la educación de sus hijos o que cada uno hace lo que quiere con su vida, sin que los padres puedan influiros?
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